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Características principales de la ventilación de las salas blancas

La ventilación de las salas blancas requiere de enorme atención, especialmente cuando éstas, por su clasificación, deben conservar el aire con un nivel de máxima pureza: la de grado 4. En tal caso, se accede a un espacio de atmósfera controlada a través de compuertas, y las partículas de aire se filtran con un sistema mecánico especial denominado HVAC (Heating Ventilation Air Conditioning) que ayuda a alcanzar unas condiciones ambientales óptimas asociadas a la temperatura y la humedad.

Los ventiladores de techo actúan a baja velocidad introduciendo en las salas blancas un flujo laminar de aire que luego es aspirado por parrillas de reanudación. Este mecanismo hace que el aire estéril se renueve varias veces cada hora, de tal modo que nunca se supere por metro cúbico una cantidad de micropartículas en suspensión con un tamaño determinado por la normativa ISO que proceda. Cuando ese aire vuelve al habitáculo, los filtros HEPA de alta eficiencia no dejan pasar el 99,97 % de partículas de 0,3 micras (las de tamaño superior son capaces de transportar microorganismos) para que haya menor riesgo de contaminación. En este tipo de salas blancas la presión interna debe ser algo superior a la externa. Es la manera de impedir que entre el flujo de aire cuando las puertas se abren.

La zona de acceso puede contar con equipos SAS ventilados en los que actúa también un sistema de barrido de aire mediante filtros HEPA como método de descontaminación. Se trata de una ventilación de alta complejidad, basada en la renovación total del aire contenido en la cámara y en una posterior desinfección de todo el interior de estos espacios de tránsito y de traspaso de material. Sus ventiladores son de tipo EC con reguladores de velocidad.

 

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